El Papa Francisco nos llama a despertar la sensibilidad por la realidad, por la problemática que tienen muchos jóvenes, compadecerse en un rasgo característico del auténtico amor cristiano, que se lanza al encuentro del otro para ayudar, para consolar y para transformar.
Francisco (2019) dice "no seamos una Iglesia que no llora, porque quien no sabe llorar no es madre, lloramos cuando recordamos a los jóvenes que ya han muerto por la miseria y la violencia".
La misericordia es el principal atributo de Dios que se ha manifestado de manera singular en su hijo Jesucristo.