El Señor Resucitado quiere ayudar y renovar la vida del joven, expresando que siempre hay una salida, Dios puede levantar y trasformar la vida de cualquier joven, devolviéndole su alegría de vivir, así como lo hizo con su hijo Jesús, así también restaurará la condición autentica de cada joven en imagen y semejanza de Dios. “Jesús Resucitado desea caminar junto a cada joven, acogiendo sus anhelos, aunque se hayan visto decepcionados, y sus esperanzas, aunque sean inadecuadas. Jesús camina, escucha, comparte”. (Sínodo de los Obispos, 2018, n.5)